"Era una tarde muy prometedora de julio. Yo acudía a una cita, por lo que me había vestido para la ocasión: camisa de seda blanca y cuello redondo de Versace, pantalón negro de lino de Marc Jacobs, zapatos de verano de piel de cocodrilo y cinturón a juego de Canducci y calzoncillos de seda de Kelvin Kline. Los calcetines eran míos.
Cuando aquella tía buena me viera llegar en mi Porsche 911 se iba a derretir de gusto. Pisé suavemente el acelerador y dejé que me embriagara el poderío que florecía en la entrepierna
Ella me esperaba a la vuelta de la curva siguiente. Llevaba puesta una capa negra con capucha de Christian Dior, y en un hombro portaba una guadaña último modelo, también de importación.
Al verme, sonrió".
PD : FIN , y su prometedora cita se acabó.
Cuando aquella tía buena me viera llegar en mi Porsche 911 se iba a derretir de gusto. Pisé suavemente el acelerador y dejé que me embriagara el poderío que florecía en la entrepierna
Ella me esperaba a la vuelta de la curva siguiente. Llevaba puesta una capa negra con capucha de Christian Dior, y en un hombro portaba una guadaña último modelo, también de importación.
Al verme, sonrió".
PD : FIN , y su prometedora cita se acabó.
PD 2 : Nunca he soportado a los chulos de los porsches, hoy me he cruzado con uno y me tenía que desahogar.
Lo peor es que ni siquiera tenía un porsche, sólo llegaba a un opel triga biplaza descapotable azul, y su ropa como mucho era de Adolfo Domínguez;eso si los calcetines hacían juego con el coche y su chulería era superior a la que el género humano puede soportar.
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