viernes, 3 de julio de 2009

AMANECER

Madrugada. Todavía no ha amanecido pero el estremecimiento que me recorre indica que no falta mucho. Me incorporo y con cuidado me levanto de la cama. Ella se revuelve un momento inquieta y finalmente se despierta. Siento sus adormecidos ojos que se posa en mi espalda.
-¿A dónde vas?- es la pregunta que acierta a decir con voz indecisa.
Por un momento mi mano se detiene en su camino hacia mi pantalón que descansa sobre la silla. Sería tan fácil decir “ a ningún lado, mi cielo....”.Pero no puedo. La duda se disipa ante el inminente recuerdo de que va a amanecer. Sin volverme ojo mi pantalón y comienzo a vestirme. Siento como ella se revuelve entre las sábanas.
-debo marchar._ estoy a punto de añadir una explicación, pero si mi intención era continuar el intento muere en mis labios. Un oprimente silencio cubre como un velo la habitación. Temo la pregunta que sé que ella sin duda hará:
-¿Cuándo te volveré a ver?
Abotono mi camisa .El sol saldrá dentro de pocos minutos para anunciar el nuevo día. Siento el lento paso del tiempo del mismo modo que siento la intensa mirada que ella lanza sobre mí,. Todavía sin darme la vuelta contesto:
-Ahora debo marchar pero te veré dentro de un par de días._Sé que es mentira por no tengo intención de que las cosas sean más difíciles de lo que son ya.
Oigo un suspiro_¿de alivio, de resignación?_ y me atrevo a darme la vuelta. Ella se ha recostado en la cama y su oscuro cabello reposa desordenadamente sobre la almohada. La suave sábana cubre su cálida desnudez. Vuelve sus marrones ojos hacia mi y sonrie. Estoy a punto de perder la calma, de hacer caer la máscara de tranquilidad con la que cubro mi rostro. Pero soy fuerte. Devuelvo la sonrisa. Me acerco a ella. Nos fundimos en un cálido beso.¿Por qué se me hace tan difícil?. El tiempo me está volviendo sentimental. Ella me coge la mano. Siento una descarga de energía que recorre la unión de nuestro s dos cuerpos.
-Quédate_ es un susurro. Una incitación. Pero carece de convicción. Una súplica vacía, pues ella sabe que no me quedaré. Ella tiene su propia historia.
Me levanto .La sonrisa de mi rostro es más forzada que nunca, pero ella parece no darse cuenta.
-Volveré pronto_ vuelvo a mentir, es mas fácil.
-Te espero._ me contesta
Abro la puerta de l habitación y salgo al pasillo del hotel. Me acerco al ascensor. Un botones aparece cargado de maletas y muestra una cordial sonrisa mientras entra en el ascensor conmigo.
-¿A qué piso va, señorita?_ me pregunta
“Señorita..... “ por un momento desearía llorar. Cruel destino el que me hizo nacer mujer y meterme en la vida de los demás , solo por un instante.
-Al garaje_ es mi contestación.
La puerta del ascensor se cierra. Bajamos.... siempre bajamos......

No hay comentarios:

Publicar un comentario