Solía andar descalzo por el suelo de plaqueta , y esa sensación de frialdad le ayudaba a no sentirse extraño a su lado.
De repente todo cambió....
Una tarde ella había decidido cambiar el suelo de su casa y poner tarima de madera.
Cuando él llegó , ella le dejó sus zapatillas...no quería que se rayara el suelo ni se estropeara su brillo natural. Desde ese momento sus pies se empezaron a sentir extraños y poco a poco esa sensación recorrió todo su cuerpo.
Intentó acostumbrarse pero no pudo....se sentía un extraño a su lado.
PD: Dejaron de pasar las tardes juntos.
PD2: Quizá la tarima de madera sólo fue una excusa simple...
Ves? cando me rifaba a miña nai por andar descalza polo piso era por algo...
ResponderEliminarAi, Mulleres, mulleres! Sempre as mulleres intentando que nos amoldemos aos seus gustos!! Co boíños que somos nós!
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